Casi 12 millones de niñas, niños y adolescentes en América Latina y el Caribe de entre siete y 18 años, no tienen acceso a educación equitativa y de calidad, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Esta población se encuentra en desigualdad de oportunidades para asistir a la escuela debido a factores como pobreza, barreras sociales y culturales, discriminación y la falta de infraestructura educativa.
Esta problemática se intensifica en zonas marginadas, donde viven millones de familias en situación de pobreza, impidiendo que sus hijos puedan asistir a la escuela. “En estas familias, muchas veces los niños y jóvenes se convierten en la fuente de ingresos para sobrevivir, y entonces abandonan sus estudios”, dice Fabiola Garcera, subdirectora Nacional de Primera Infancia en Fe y Alegría Colombia.
Para atender el abandono escolar y brindar mejores oportunidades de educación, desde hace 45 años, Fe y Alegría implementa diferentes proyectos, programas educativos, innovaciones y tecnologías para brindar educación de calidad gratuita a niñas, niños y adolescentes (incluso sus familias) en comunidades vulnerables alrededor del mundo.
Se trata de una federación internacional de educación y promoción social con presencia en más de 22 países de América Latina, Europa y África. Desde su fundación en 1955, ha beneficiado a más de 900 mil estudiantes de escasos recursos y 40 mil trabajadores entre docentes, educadores y personal administrativo.
Entre los países en donde opera la federación está Colombia. Ahí, Fe y Alegría funciona como una asociación de educación que forma a niños y jóvenes de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato a través de una red de escuelas propias con un modelo educativo basado en la educación popular.
Tan solo en 2021, Fe y Alegría impactó a 162 mil niños, niñas y adolescentes colombianos y durante el 2022, han alcanzado a 10 mil niños y niñas que pertenecen al segmento de la primera infancia.
La necesidad que tienen las comunidades colombianas más vulnerables de recibir educación de calidad y de fácil acceso, no es el único problema. La realidad es que los planes de estudio y procesos de enseñanza-aprendizaje son estandarizados, y no siempre son adecuados para el contexto que viven las comunidades vulnerables.
Al respecto, Garcera explica que los países latinoamericanos tienen sistemas educativos que dependen de la economía mundial. Es decir, que se miden a partir de parámetros internacionales establecidos por organizaciones como el Banco Mundial, y esto hace que los países se inclinen hacia una educación masificada que se imparte a todos por igual con programas que deben cumplirse en todas las escuelas.
“Aprendimos que la educación debe estar contextualizada, independientemente de que haya un plan de estudios general, una ley de educación o parámetros generales. La educación debe adaptarse a la realidad del contexto, de los niños e incluso de sus familias”, asegura Garcera.
Esto es por una razón: La situación vulnerable en la que viven. Para entenderlo un poco mejor, imagina el siguiente escenario: ¿Cómo le hace un niño para aprender si llega al salón de clases con hambre, si habla una lengua indígena, si en su casa hay problemas familiares, sufre violencia, abuso o cualquier otra situación que puede complicar su desarrollo?
Garcera expone que la contingencia por Covid-19, este tupo de situaciones se profundizaron y que sumadas a la falta de interacción social, se generaron afectaciones en el aprendizaje y desarrollo emocional de los niños. “Este tipo de situaciones no son consideradas en los programas generales de educación, y ahí es en donde Fe y Alegría interviene contextualizando la escuela”, agrega Garcera.
Entonces, ¿Cómo ha innovado esta asociación en la educación y qué hace diferente su modelo de enseñanza en comparación con el sistema educativo tradicional? Garcera considera que la innovación más grande que ha desarrollado Fe y Alegría es adaptar el modelo educativo a las necesidades de la comunidad.
“Reorganizamos los planes de estudio y materias que se establecen en el sistema educativo tradicional, de tal manera que se trabaja por ambientes de aprendizaje, y se articulan las áreas entre sí con actividades adaptadas a la realidad de las comunidades vulnerables”, puntualiza Garcera.
Además, este año y con la premisa de innovar para aumentar el impacto social, que Fe y Alegría Colombia se sumó al Desafío Childtech 2022, bajo el rol de partner de implementación.
Gracias a esto, y por los próximos 10 meses, la Asociación se encuentra trabajando de la mano de Storybook, startup ganadora en la categoría Desarrollo integral y socioemocional, permitiendo que las familias que asisten a sus jardines infantiles, tengan la posibilidad de acceder a una aplicación que combina los cuentos de cuna con masajes infantiles para mejorar el sueño de sus niños y niñas, además de fortalecer el vínculo entre padres e hijos a través del tacto.
En este sentido, la tecnología se ha convertido en una herramienta de apoyo para padres de familia, profesores, alumnos, escuelas y gobierno para impulsar el desarrollo integral de niños, niñas, y jóvenes. “Para nosotros la tecnología es un medio que complementa la educación. Debe existir una propuesta educativa fuerte como base en donde la tecnología sea un refuerzo”, dice Garcera.
Así mismo, han asumido un compromiso en la capacitación de los educadores para el uso de esta: “En la pandemia fue evidente que los educadores también eran analfabetos tecnológicos, y nos vimos en la necesidad de capacitarlos en cuanto al uso de tecnologías de la información. Contamos con programas de cualificación de educadores en herramientas pedagógicas y tecnológicas”, indica Garcera.
Así es como Fe y Alegría brinda mejores oportunidades de educación a niños y niñas en situación de vulnerabilidad en Colombia, a través de la innovación y el uso de tecnología en el sistema educativo.
Garcera indica que como federación, el foco de Fe y Alegría está en el cumplimiento de 12 iniciativas de trabajo alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para así transformar la educación y el futuro de millones de niños, niñas y jóvenes.
“Lo que estamos haciendo es usar la educación como un medio para llegar a las comunidades y hacer transformación social a través de la escuela o proyectos educativos. El objetivo es transformar las realidades sociales de estas comunidades para que tengan un mejor futuro”, asegura Garcera.
Así como Fe y Alegría ha trabajado de la mano de Impactus Ventures a través del Desafío Childtech, también puedes llevar a tu organización al siguiente nivel. Si lideras una organización sin fines de lucro y quieres transformarte en un líder innovador de alto impacto, queremos invitarte a que seas parte de la primera edición del Fellowship Impactus, una comunidad de personas que están solucionando problemas sociales o medioambientales que afectan a niños, niñas y jóvenes de Latinoamérica.
Postula aquí hasta el 10 de octubre y lleva a tu organización hacia el siguiente nivel.
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