Los niños y adolescentes pueden revertir el impacto ambiental con ayuda de soluciones educativas innovadoras. Conoce las oportunidades que tienen los emprendedores para su desarrollo e implementación.
Los niños de hoy son el futuro de la humanidad. Aunque todavía son pequeños, en los próximos años pueden generar cambios importantes en el medio ambiente, si desde ahora fomentamos en ellos el cuidado y la protección del planeta a través de la educación ambiental en niños.
Sin embargo, para que puedan convertirse en agentes de cambio, necesitamos darles herramientas innovadoras de educación ambiental en niños adaptadas a sus capacidades, habilidades, necesidades y el entorno en donde se desenvuelven. Es una oportunidad para que emprendedores, instituciones escolares y organizaciones sociales las desarrollen.
Aunque actualmente la educación ambiental en niños es poco atendida por las edtech, en el futuro podría tomar fuerza si consideramos el aumento que ha tenido la inversión de impacto y la innovación social para soluciones de medio ambiente en los últimos años. “No hay un porcentaje importante de startups enfocadas en infancia. La mayoría se concentra en la fuerza de trabajo, aprendizaje a lo largo de la vida y educación superior. Pero hay oportunidades para innovar con soluciones de medio ambiente en la infancia”, dice Sabrina Seltzer, directora de Transferencia y Emprendimiento en el Instituto para el Futuro de la Educación (IFE).
Pero, ¿por qué la educación ambiental en la primera infancia y K-12 es conveniente para emprender? Veamos las oportunidades que existen en América Latina para este tipo de soluciones y el potencial que tienen como negocio.
En el mundo existen grandes desafíos ambientales y necesidades que los emprendedores pueden atender. Algunos de estos son el cambio climático, la degradación de la tierra, la escasez de agua, el agotamiento de la capa de ozono, la generación de desechos tóxicos, los desastres naturales, la pérdida de bosques y especies, además de la contaminación del agua y la atmósfera.
Para darnos una idea de la gravedad de esta situación, consideremos que los problemas relacionados con el clima y sus impactos cobraron más de 312 mil vidas en América Latina y el Caribe, afectando a más de 277 millones de personas entre 1998 y 2020, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Y no solo eso. La ONU advierte que en los próximos años, Latinoamérica será una de las más afectadas por el impacto del cambio climático padeciendo olas de calor, incendios forestales, disminución del rendimiento de los cultivos, agotamiento de los arrecifes de coral y los eventos extremos del nivel del mar serán más intensos.
¿Has pensado cómo afecta el cambio climático y la degradación del medio ambiente a los niños, y las repercusiones que tendrán dentro de 30 años cuando sean adultos? El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) determinó que el cambio climático es la mayor amenaza a la que se enfrentan los niños y jóvenes del mundo. De hecho, mil millones de niños están expuestos a sufrir las consecuencias de esta problemática, casi la mitad de toda la población infantil que existe hoy en el mundo.
Los estragos de esta crisis climática ya se están viendo reflejados en la niñez. Según datos de la ONU, cerca del 90% de la carga de morbilidad atribuible al cambio climático, recae en los niños menores de 5 años. Y no solo eso. Más de medio millón de niños menores de 5 años mueren todos los años por causas relacionadas con la contaminación atmosférica.
De acuerdo con el Índice de Riesgo Climático de la Infancia (IRC) de UNICEF, los países en donde los niños están expuestos a más riesgos debido al cambio climático y la degradación ambiental a nivel mundial, son:
Mientras tanto, en América Latina las economías en donde la infancia es más vulnerable a los efectos del cambio climático son:
De ahí la necesidad de implementar programas, soluciones tecnológicas, herramientas educativas y otras iniciativas que ayuden a cuidar el planeta, y así generar un entorno ambiental seguro para la infancia.
El mercado en primera infancia y K-12 es muy amplio en América Latina, por lo que tienes posibilidades de alcanzar una cantidad importante de usuarios. Se estima que en la región hay 117 millones de niños, niñas y adolescentes en edad de cursar educación inicial, primaria y secundaria, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y UNICEF.
Tan solo en la primera infancia existen 93 millones de niños y niñas entre 0 y 8 años de edad, lo que representa el 15.3% de la población total en la región. México, Brasil, Argentina, Colombia, Perú y Venezuela son los países en donde se concentra la primera infancia, de acuerdo con cifras de la UNESCO.
Las startups con acciones de sustentabilidad y soluciones innovadoras, ahora son más atractivas para los inversionistas. Cada vez hay mayor inversión de impacto, y participación de fondos de venture capital para impulsar soluciones enfocadas en los desafíos ambientales como Deetken Impact, Promotora Social México, IMPAQTO Capital, y Reach Capital, entre otros más.
De acuerdo con el IBM Institute for Business Value, seis de cada 10 inversionistas incluyen startups de impacto social o ambiental en su portafolio de inversión. Tan solo en 2021, la inversión ESG enfocada en proyectos de impacto social, ambiental y de gobierno corporativo, alcanzó cifras récord por un total de 649 mil millones de dólares, en comparación con los 542 mil millones de dólares que se dieron en 2020, y 285 mil millones de dólares en 2019, según Refinitiv Lipper.
Al respecto, Juan Jardon, investment officer de Deetken Impact, comenta que ha visto un crecimiento notable en la inversión de impacto en América Latina y un interés en soluciones de medio ambiente. Considera que las startups tienen posibilidades de ser exitosas atendiendo al mercado infantil con soluciones de educación ambiental, pero advierte que también pueden enfrentar el reto que tienen todas las edtech en general: El retorno de inversión es mucho más tardado que en otro tipo de startups, y el riesgo es más alto.
Debes tomar en cuenta esta barrera si planeas financiar tu empresa con inversión de venture capital, ya que los inversionistas normalmente esperan el retorno de inversión lo más rápido posible. Otra alternativa que se ha visto para financiar este tipo de empresas es con apoyo del gobierno y fundaciones.
“Por una parte tienes al gobierno que no requiere retorno de inversión como un fondo de venture capital o private equity, pero necesita acciones en la parte ambiental. Y por otro lado tienes el apoyo de fundaciones con el modelo blended finance. Así disminuye el riesgo de inversión”, dice Jardon. “Es una forma de que ellos pongan el capital, pero ya tienen este ‘skin in the game’ que hace que sea catalítico para los diferentes fondos de inversión de impacto”, agrega el inversionista.
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En el ecosistema de startups educativas y childtech hemos visto un ambiente de colaboración entre organizaciones sociales, fundaciones, gobierno y emprendedores para la implementación de soluciones tecnológicas e innovadoras en las escuelas públicas. Recordemos que el sector público es el que concentra a la mayor cantidad de estudiantes en América Latina.
Seltzer ha visto que las startups más exitosas en infancia tienen una característica en común, y tiene que ver con la sinergia que hacen con fundaciones y organizaciones como una forma de llegar a las escuelas. “Hay muchas fundaciones y organizaciones que les interesan estos temas y cuentan con financiamiento. Podrían ayudarte a financiar la llegada de estas soluciones al mercado”, dice la especialista.
Seltzer también considera que hay oportunidad para que los emprendedores colaboren con startups de otras verticales. Por ejemplo, “las startups que vienen del área de tecnologías limpias (cleantech), o incluso con modelos de economía circular, y las edtech, pueden colaborar para encontrar una forma de desarrollar soluciones para la infancia”, dice la especialista. Sería un gran acierto si consideramos la expertise que tienen las edtech en temas de aprendizaje, y el dominio de las startups verdes en el desarrollo de tecnologías para los desafíos ambientales.
Otra de las oportunidades es la conectividad a internet que tiene Latinoamérica, lo que facilitaría el uso de plataformas digitales de aprendizaje. Hasta 2021, más de 498 millones de habitantes ya tenían acceso a internet, cuando hace 10 años la red apenas llegaba a 200 millones de personas, de acuerdo con datos de Statista.
Jardon ve una gran oportunidad para emprender en este nicho no solo por la conectividad a internet, sino también porque los niños están familiarizados con los dispositivos móviles y buscan la inmediatez que brinda la tecnología. Sin embargo, advierte que existe el riesgo de que no tengan interés en cuidar el medio ambiente. ¿Por qué? “Al final, los efectos del cambio climático no los van a ver en una pantalla, sino en las lluvias, olas de calor y desastres naturales”, dice Jardon.
Por eso, cuando diseñes y desarrolles tu producto educativo considera lo siguiente: “Es importante pensar en cómo los niños van a recibir la información tecnificada, y que sigan siendo conscientes de cómo viven y cuidan el medio ambiente en su día a día, cuando van a la escuela o cuando juegan en el parque. De ahí vendrá la innovación”, dice Jardon.
Seltzer considera que fomentar una cultura de consumo consciente también es una oportunidad de mercado. “No hemos visto soluciones de startups ni propuestas pedagógicas en infancia en torno a cómo educamos a los niños en temas de consumo consciente”, dice la especialista.
“Hacen falta soluciones que los hagan pensar qué pasa con la ropa que usamos, en dónde la compramos, cómo se fabrica y si tiene importancia las marcas que consumimos. O cuando compramos en un supermercado qué pasa con los envases de los productos, si podemos ir con nuestras propias bolsas”, agrega Seltzer.
De acuerdo con NielsenIQ, el 73% de los consumidores adultos están dispuestos a cambiar sus hábitos de consumo para reducir el impacto en el medioambiente. ¿Qué pasaría si esta mentalidad la inculcamos a los niños y adolescentes desde etapas tempranas? Ayudaría a reducir la huella de carbono que dejarán a lo largo de su vida, aprenderían a moderar el uso de recursos naturales como agua y energía. Además, tendríamos buenas prácticas como el reciclaje, reducción de plástico, manejo de desperdicios, reuso de productos y materiales.
Tendencias en soluciones educativas
¿Cuál es el futuro de estas empresas y hacia dónde van? Una de las tendencias y modelos a seguir que hemos visto en las startups de educación en primera infancia y K-12, es el desarrollo de sistemas de gestión en las aulas, plataformas de enseñanza aprendizaje, juegos interactivos, videojuegos educativos, educación científica y ambiental, además de chatbots mediante el uso de inteligencia artificial. Por lo general, estas herramientas sirven de apoyo para que los profesores puedan mejorar sus procesos de enseñanza, los alumnos eleven su calidad de aprendizaje y los padres de familia puedan reforzar el aprendizaje de sus hijos y los acompañen en el proceso.
Es el camino que también están siguiendo las startups de educación ambiental y organizaciones sociales en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, estos modelos se tendrían que tropicalizar de acuerdo a las necesidades y el entorno de los niños y adolescentes en América Latina.
Estas son algunas soluciones de educación ambiental que ya están en el mercado.
La realidad es que en América Latina el mercado de startups de educación ambiental en infancia aún es incipiente. Aunque, como lo hemos dicho, tiene mucho potencial para desarrollarse y existen grandes oportunidades para lograrlo. En Impactus creemos que irá creciendo y que puede alcanzar un nivel de maduración como sucedió con las edtech.
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